El Edificio del Bundestag en Berlin (creditos: Julian Herzog/Wikimedia Commons) |
“Quiero conocer los hechos y me molesta que en otros países los ciudadanos puedan ver archivos OVNI, y yo como ciudadano alemán no tenga el acceso a tales archivos guardados por mi gobierno. Existe una gran discrepancia… En Francia el ciudadano es informado por su gobierno, porque éste le provee los archivos OVNI en el propio sitio web de la agencia espacial, así que cualquiera puede descargarlos y leerlos desde su hogar. En cambio, en Alemania uno tiene que enviar faxes, hacer llamadas telefónicas, dejar una queja, etc.; lo cual conlleva tanto estrés como dinero, y no lo considero justo ni apropiado”, declaró Reitemeyer como demandante.
Robert Flesicher (izq.) con Frank Reitemeyer (creditos: Exopolítica Alemania) |
Por años el Gobierno Federal de Alemania ha negado cualquier conocimiento sobre los OVNIs, y la única razón por la cual sabemos de la existencia de este estudio es porque un borrador del mismo fue filtrado al investigador Robert Fleischer, coordinador de Exopolítica Alemania, y algunos extractos fueron publicados en el periódico Welt Kompakt.
Portada del estudio OVNI secreto del Bundestag de Alemania (creditos: Exopolítica Alemania) |
Los procedimientos de la Corte de Berlín son sumamente significativos por muchos motivos. Puede que fuerce a Alemania a abandonar su individualista política de negación OVNI, uniéndose de esta forma a otras democracias occidentales en Europa, Latinoamérica, Australia y Nueva Zelanda, en la liberación de, al menos, una parcialidad de documentos clasificados. Fleischer declaró ante el periódico Express: “Después de todo, 19 países alrededor del mundo ya han abierto sus expedientes secretos”.
En referencia a la defensa esgrimida por el Servicio Científico del Bundestag de Alemania (WDBB por sus siglas en alemán), podría considerarse un sofisma debido a variadas causas. Una de ellas es que el WDBB no es un negocio privado sino una agencia del gobierno pagada por los contribuyentes, incluyendo al demandante Frank Reitemeyer, y las investigaciones de dicho Servicio son realizadas en beneficio de los miembros del Parlamento, quienes son elegidos por el pueblo alemán para representarlos. Una gran falla del infantil argumento de “propiedad intelectual” sostenido por la defensa que hace difícil pensar que les pueda dar la victoria. Pero la Suprema Corte Administrativa en Berlín tendrá la última palabra.
Fuente: mysteryplanet
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