Son muchos los indicios que nos llevan a pensar que los cambios en el sol están directamente relacionados con el calentamiento global y con las catástrofes que estamos viviendo últimamente.
Lógicamente, si no hubiéramos destrozado nuestro, a priori, equilibrado planeta, la tierra estaría perfectamente preparada para resistir los embites de nuestro querido sol y de los distintos fenómenos cósmicos.
Pero, lo cierto es que estamos a merced del cosmos, no como dicen los embaucadores astrólogos y los falsos adivinadores, sino que parece que lo estamos físicamente.
Según la imagen, la llamarada salió el 15 (ayer) y rozará la tierra el 17 de septiembre. Veremos a ver si tiene algún efecto visible.
Que Dios los bendiga.
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